Primera Experiencia De Temazcal

Hoy he tenido el placer de acudir a una ceremonia de Temazcal; una experiencia maravillosa en un entorno magíco. Temazcal, un ritual antiguo originiendo de mesoamérica, significa casa de calor (temaz=calor o vapor y calli=casa). Los beneficios son muchos, pero el sudor que se genera por el calor de las piedras volcanicas y los vapores de las plantas medicinales hacen de este ritual un proceso de limpieza profunda del cuerpo fisíco, mental, emocional y espiritual.

No sabía que esperar. El calor no era algo que me preocupaba, lo llevo bien. Sin embargo, tuve un momento de ansiedad al pensar en estar encerrada en un espacio pequeño sin luz ninguna durante una hora (al final eran dos horas). No sufro de claustrofobia, pero me gustan mucho más los espacios abiertos y amplios :D. La incertidumbre que entró mi mente cuando se cerró la puerta y nos quedamos en la oscuridad era una sensación nueva para mi, algo que me sorprendí. Tomé unas respiraciones profundas mientras pensé que esta sensación de miedo era simplemente una ilusión nacido del desconocido. Y así pasó ese momento de duda, y enseguida me dejé llevar por mi aliento, los instrumentos y los cantos que salieron de mis compañeros de viaje espiritual y de mi propio cuerpo. De repente, la oscuridad y este espacio cálido simbolizando el regreso a la barriga maternal (de sangre y terrestre) se convirtieron en algo acogedor dónde uno se siente a salvo, protegido.

El proceso consitió de cuatro etapas (o puertas): la primera para que se acostumbre y se limpie el cuerpo físico, la segunda dedicada a nuestra historia familial y ancestral, la tercera centrada en nuestras relaciones y amistades y la última etapa enfocada en nosotros mismo con el objetivo de liberarnos de todo lo que nos impide crecer y crear plenamente en nuestro verdadero propósito.
Me quedo con muchísimas ganas de volver a hacerlo, era un regalo de los más bonitos.